lunes, 6 de diciembre de 2010

Llegada a la nueva ciudad

Cuando me bajé del avión casi no podía ni andar, me paraba para mirar hacia todos lados, me impresionaba todo, todo me llamaba la atención y había muchísima gente que iba de un lado para otro. Menos mal que mi padre había hablado con la prima de mi abuela, Paola, y ella se había ofrecido a ir a recogerme y llevarme a su casa hasta que yo encontraría un piso para vivir.
La encontré rápidamente porque llevaba un cartel con mi nombre y yo me acerqué a ella tímidamente pero enseguida se presentó y me dijo que me llevaría a su casa y me enseñaría Madrid lo antes posible porque tenía que trabajar y no tenía mucho tiempo para estar conmigo, yo se lo agradecí y nos dirigimos hacia el metro. Me dio un mapa y me indicó los puntos más importantes: su casa, cerca de la parada de Argüelles y mi Universidad (Facultad de Medicina) en la parada Ciudad Universitaria. Yo me sabía orientar bien así que de primeras no tuve ningún problema aunque todo aquello era muy distinto a mi pequeñito pueblo y a mi país.
Al llegar a su piso me enseñó mi habitación, aunque no era muy grande era acogedora y bonita. Ella se fue a trabajar, era camarera en un bar cercano a la casa y me dijo que en la nevera tenía algo para comer. Yo estaba perpleja por todo lo que había visto, Madrid era impresionante y quería conocer cada rincón pero estaba muy cansada del viaje así que decidí echarme un rato en la cama antes de salir otra vez a la calle.

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