Paulina, una niña de 11 años, vino de Colombia con 6. Estudiaba en un colegio pero estaba totalmente discriminada por sus compañeros. Paulina nunca podía jugar con las niñas de su clase ya que no le trataban bien e incluso se reían de ella, solo tenía buena relación en el colegio con otras niñas inmigrantes, pero de cursos inferiores. Los profesores no hacían nada para remediar esta situación de discriminación e intentar integrar a Paulina. Un día en una excursión, su clase tenía que adentrarse en un bosque, ya que era una actividad de orientación, y con una brújula orientarse hasta un punto donde les esperaba el profesor. Paulina que es muy aficionada a la orientación intentó dar su opinión sobre cómo hacerlo, pero los demás niños pasaron de ella y hicieron todo lo contrario pensando que no tenía ni idea, a pesar de esto Paulina no abandono el grupo ya que pensó que quizás luego necesitaran ayuda, y así fue ya que empezó a anochecer y no habían llegado al punto señalado. Todos los niños tenían mucho miedo y empezaron a desesperarse, pero Paulina con una tremenda valentía y guiándose por las estrellas lideró al grupo y les guió hasta sus profesores. Desde entonces sus compañeros trataron a Paulina como lo que era, no una colombiana o una española, sino una persona.